miércoles, 27 de agosto de 2008

DIARIO PÁGINA/12 - 27/8/2008 - Sobre los últimos Juegos Olímpicos

Contra la hipocresía de la lucha antidoping
Por Claudio Tamburrini (Centro de Bioética de Estocolmo, Suecia)

Antes de iniciados los Juegos de Beijing, muchos se preguntaban si la política y el deporte están relacionados. Hoy ya nadie duda de que sea así. La propuesta de boicot a los Juegos fue desestimada por prácticamente todos los líderes políticos, sin distinciones políticas. China es influyente y poderosa y, además, un mercado gigantesco. Se trata entonces de no enemistarse con su cúpula. A medida que la crítica contra el régimen chino se acalla, se hace más evidente la admiración de los gobernantes occidentales por un régimen mezcla de despotismo ilustrado y economía liberal, en que el destino de las mayorías es decidido por unos pocos, sin ser cuestionados en elecciones libres y amplias.

Sobre una cuestión se mantiene, sin embargo, la hipocresía. La Agencia Mundial Antidoping (Wada) afirma que los Juegos de Beijing han sido limpios. Muchas de las antiguas marcas olímpicas han sido superadas en uno o más segundos. A pesar de eso, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, se empecina en afirmar que “los tramposos del doping nunca se las han visto tan mal”. Pero la realidad es otra. Desconfiando del bajo índice de doping, un grupo de científicos daneses remitió recientemente 48 pruebas de personas que voluntariamente se habían sometido a doping con eritropoietina (Epo) a dos laboratorios acreditados por Wada. De esas 48 pruebas, sólo dos fueron detectadas como positivas. Al parecer, los organismos deportivos internacionales utilizan a sabiendas métodos de control ineficientes. En un futuro cercano será posible, además, utilizar nuevos métodos de doping aún más difíciles de detectar, como el doping genético. Se torna evidente que la guerra contra el doping no podrá seguir librándose, de la misma forma que la guerra contra las drogas y contra el terrorismo se han ido perdiendo. Todo está relacionado.

Esta capitulación tan poco honrosa de los organismos mundiales del deporte fue precedida por varias batallas científicas perdidas. El mismo grupo de científicos daneses que expuso las falencias del control antidoping constató hace unos años que el Epo podría ser inofensivo para la salud. La ingestión de esa sustancia aumenta el número de glóbulos rojos en la sangre (hematocritos), pero disminuye al mismo tiempo el volumen de plasma. En otras palabras: al mantenerse constante el volumen total de la sangre, no aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos para quien utilice Epo de manera médicamente controlada.

¿Qué razón puede haber, entonces, para seguir prohibiendo el Epo? “¡El espíritu del deporte!”, afirman muchos. Según ellos, tomar preparados artificiales para rendir mejor es contrario al ideal deportivo. Sólo el deportista “limpio” es merecedor de la victoria. Esa concepción del deporte profesional está, sin embargo, perimida. Los deportistas actuales de todas las disciplinas usan gran cantidad de sustancias lícitas (por ejemplo, la creatina) para aumentar su rendimiento deportivo.

Una alternativa a la prohibición sería adoptar niveles máximos para ciertos valores fisiológicos (por ejemplo, de hematocritos), sin preocuparse por la manera en el deportista ha llegado a conseguirlo. El mismo razonamiento es aplicable al volumen de masa muscular. Ese parece ser además el escenario del deporte futuro, a juzgar por las propuestas que se están empezando a discutir entre algunos funcionarios de los organismos que rigen el deporte internacional.

Además de acabar con la trampa, este sistema permitiría afirmar la equidad genérica en el deporte. Si se establecieran categorías basadas en el nivel de hematocritos, o en el volumen de masa muscular, las mujeres podrían revertir la ventaja biológica (acentuada por factores culturales) que los deportistas masculinos tienen en las disciplinas que premian la velocidad, la altura y la fuerza muscular (las más redituables económicamente). Esas nuevas clases establecidas en relación con la altura, el peso, el nivel de hematocrito o la masa muscular contribuirían además a eliminar prejuicios machistas y homofóbicos que impiden a las mujeres deportistas competir contra los hombres.

La introducción de estas nuevas clases deportivas neutralizaría también una concepción atávica de la justicia que impera en el deporte. Mientras en la sociedad tratamos por diversos medios (por ejemplo, la educación, los programas de apoyo y la redistribución de ingresos) de paliar las diferencias sociales y congénitas entre los individuos, en el deporte se considera que el individuo mejor dotado genéticamente merece vencer, y los genéticamente inferiores deben simplemente aceptar el destino que les ha impuesto la lotería genética. Utilizando distintas sustancias que disminuyan la inmerecida ventaja biológica de ciertos atletas se crearían condiciones de competencia más justas, además de aumentar la emoción de las contiendas deportivas.

Esta concepción liberal del doping disminuiría también el riesgo para la salud de los deportistas. El uso oculto y clandestino de sustancias prohibidas genera daños que podrían evitarse con el debido control médico.

Los Juegos de Beijing han evidenciado que la política y el deporte siempre han estado íntimamente ligados. Y pusieron en evidencia, además, que con la actual normativa el deporte de alta competencia no podrá ser ni limpio ni equitativo ni equiparado genéticamente. ¿Por qué debería alguien obtener más dinero o reconocimiento, simplemente por ser más alto, más musculoso o por pertenecer al sexo más favorecido?

ALIMENTACIÓN SALUDABLE. Aportado por la Prof. Corina Mas Albert

La fruta es el alimento perfecto, requiere una mínima cantidad de energía para ser digerida y le da lo máximo a su cuerpo de retorno Es el único alimento que hace trabajar a su cerebro.

La fruta, es principalmente fructuosa (que puede ser transformada con facilidad en glucosa). En la mayoría de las veces es 90-95% agua. Eso significa que ella esta limpiando y alimentando al mismo tiempo.

El único problema con las frutas, es que la mayoría de las personas no saben como comerlas, de forma de permitir que su cuerpo asimile efectivamente sus nutrientes.

Se deben comer las frutas siempre con el estomago vacío. ¿Por que? La razón es que las frutas en principio, no son digeridas en el estomago, son digeridas en el intestino delgado.

Las frutas pasan rápidamente por el estomago, de ahí pasan al intestino, donde liberan sus azucares. Mas si hubiere carne, papas o almidones en el estomago, las frutas quedan presas y ellas comienzan a fermentar.

Si usted come una fruta de postre, luego de una cena, y pasa el resto de la noche con pesadez en el estomago y un desagradable sabor en la boca, es porque usted no comió de la manera adecuada. Se debe comer las frutas, siempre con el estomago vacío

Usted no debe tomar jugo envasado en lata o e n recipientes de vidrio. ¿Porqué no?
La mayoría de las veces el jugo es calentado en el proceso y su estructura original se vuelve acida.

¿Desea hacer la más valiosa compra que pudiera? Compre un exprimidor.

Usted podrá ingerir el jugo extraído con el exprimidor como si fuese fruta, con el estomago vacío. El jugo será digerido tan de prisa, que usted podrá comer un refrigerio quince o veinte minutos después.

El Dr. William Castillo, jefe de la famosa clínica cardiológica Farmington de Massachussets, declaro, que la fruta es el mejor alimento que podemos comer para protegernos contra las enfermedades del corazón.

Dice que las frutas contienen bioflavonoides, que evitan que la sangre se espese y obstruya las arterias. También fortalecen los vasos capilares, y los vasos capilares débiles, casi siempre provocan sangrados internos y ataques cardíacos Ahora, una cosa final que me gustaría que siempre mantuviese en su mente sobre las frutas.

¿Como se debe comenzar el día?

¿Que se debe comer en el desayuno?
¿Usted piensa que es una buena idea salir de la cama y llenar su sistema con una tremenda cantidad de alimentos (principalmente café y pan blanco con mantequilla) que le llevara el día entero para digerir? Claro que no...

Lo que usted quiere es alguna cosa que sea de fácil digestión, frutas
que el cuerpo puede absorber de inmediato y que ayuda a limpiarlo.

Al levantarse, durante el día, o cuando sea confortablemente posible,
coma solo frutas frescas y jugos hechos en el momento.

Mantenga este esquema hasta por lo menos el medio día, diariamente.

Cuanto mas tiempo queden solo las frutas en su cuerpo,
mayor oportunidad de ayudar a limpiarlo.

Si usted empieza a cambiar los alimentos con las que acostumbra llenar su cuerpo al iniciar el día, sentirá un nuevo torrente de vitalidad y energía tan intensa que no lo podrá creer.

Inténtelo durante los próximos diez días y véalo por si mismo

Los chinos y los japoneses beben te caliente (de preferencia te verde) durante las comidas. Nunca agua helada o bebidas heladas Deberíamos adoptar este hábito.

Los helados durante o después de las comidas, solidifican los componentes oleosos de los alimentos, retardando la digestión. Reaccionan con los ácidos digestivos y serán absorbidos por el intestino más rápido que los alimentos sólidos, demarcando el intestino y endureciendo las grasas, que permanecerán por más tiempo en el intestino.

Déle valor a un te caliente, o hasta agua caliente después de una comida. Facilita la digestión y ablanda las grasas para ser expelidas más rápidamente, lo que también ayudara a adelgazar.